Janis Joplin
Soy de las personas que son fieles a hacer lo que sienten que deben y quieren hacer y que no importe nada más que eso.
Más de una vez he ido contra el mundo entero, contra la corriente, contra los consejos y opiniones de todos mis amigos, enemigos y familia. Una vez hasta traspasé fronteras, con un impulso y unas cuantas mentirillas blancas que apoyaran mi locura terminé viviendo con él por 4 meses fuera del país.
Siempre he hecho lo que sentía que quería hacer, así supiera que me podía estrellar contra una gran pared y dar el choque más grande de la historia, mandándome solita a una sala de emergencias.
Unas cuantas veces me he estrellado, otras me golpeé tan fuerte que atravesé la pared dejando un gran hueco de huella (mismo caricatura), otras logré esquivar la pared, otras solo me di un golpecito y en otras ni siquiera vi la pared porque el camino de la felicidad me llevó por otro lado.
Después de todo, después de las idas y venidas a la sala de emergencias y cuidados intensivos del alma, volvería hacer cada una de esas cosas.
¿Porqué? Fácil! cada una de ellas me trajo experiencias inolvidables, me hicieron más fuerte, me dieron enseñanzas de vida irreemplazables y por sobretodo me ayudaron a crecer, a madurar y ver la vida con otros ojos.
Sé que así tenga 90 años voy a seguir haciendo mis locuras y arrebatos de aventura. Porque mi ideología no relaciona la edad cronológica con la edad mental, ni los años de vida con los años de experiencia y no contempla la vejez de cuerpo con la vejez de alma. El primero no lo podemos controlar, pero el segundo sí.
Siempre habrá algo por vivir y aprender. La vida está para cada día conocer algo nuevo de todo aquel mundo ancho y ajeno que nos rodea.... tengas la edad que tengas.
Vive tus propias experiencias según tus valores, creencias e ideologías.
Hay algunas cosas que es mejor hacerlas o mejor dicho tomarlas (y aquí citaré a Ricardo Arjona) como al tequila: de un golpe y sin pensarlo.